jueves, 24 de mayo de 2018

Hoja de ruta VI: Lectura de microrrelatos de los nuevos asistentes


Asistentes a la primera quedada microrrelatista
 donde, por razones obvias, todos eran noveles.

HOJA DE RUTA VI: LECTURA DE MICRORRELATOS DE LOS NUEVOS ASISTENTES 

Cuando uno es nuevo, novato o novel, da lo mismo, suele estar nervioso por la experiencia y ser esperado con indiferencia; pero este no es caso, en este ambiente creo que podemos llegar (al menos en mi caso, nuevo, novato o novel) tranquilos a la experiencia, porque nos esperan con curiosidad y afecto (eso quiero creer). 

Los participantes tendrán diversas obligaciones: 

- Estar atentos a las palabras y al pistoletazo de salida del Maestro de Ceremonias. 

- Aplaudir enfervorizadamente al presentador y regalarle toda clase de parabienes (soy yo). 

- Romper el fuego con el primer relato (ya que estoy y cumplo criterios de nuevo, novato o novel, lo haré yo). 

- Roto el fuego, los siguientes lectores deberán ir saliendo de forma voluntaria y ordenada, uno tras otro, sin pelearse. 

- Cada lector tendrá cinco minutos como máximo para: levantarse, acercarse al estrado, sacarse el papel del bolsillo, saludar, presentarse, asegurarse de que el papel no está al revés, mirar al público, mirar el reloj (ya puede que haya pasado un minuto), decir el título del relato, comenzar a leer, mirar a ver si el público está atento, seguir leyendo, volver a mirar al público, continuar leyendo, mirar al reloj, terminar el relato, esperar expectante la respuesta, agradecer los aplausos si los hubiera, comprender el silencio si ésa fuera la respuesta, reírse si hubiera abucheos pensando que es una broma, bajarse del estrado, no tropezarse con el siguiente que va a leer, y sentarse en el sillón sin olvidarse de guardar el papel. Si el siguiente lector tiene ya preparados los preámbulos (sacar el papel, mirar el reloj, etc.), eso que ganamos. 

- Terminada la lectura pasará a ser parte del auditorio y deberá participar, como los demás, animando, jaleando, riendo cuando el relato sea de risa, llorando cuando sea de pena o poniendo cara de máximo interés cuando se haya despistado. 

- El público podrá aplaudir si lo considerara oportuno dentro de unos límites lógicos: si el lector se ha pasado de tiempo no habrá aplausos; si ha estado justo, un aplauso moderado; y si le han sobrado, por ejemplo, dos minutos, podrá aplaudir ese tiempo. Los abucheos y pitidos tendrán la misma pauta temporal. 

-El presentador tendrá una misión fundamental, la de coordinar el tiempo, y está dispuesto a dejar el relato sin final si el lector se excede. Aquel que está interesado tomará nota y, terminado el acto, preguntará dicho final al autor. 


Continuará… (en los próximos días)

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