viernes, 13 de abril de 2018

Vámonos pa la feria


Paco Palacios, "El Pali", con su madre

Cuando el ambiente en el corral del Conde decaía, los hombres que allí se congregaban se metían con él. - Anda, Pali, dinos de qué equipo de fútbol eres. Él, campechano, orondo por los petisús que le volvían loco y un puro en la boca, parecía que había estado esperando la pregunta. Plantado en el medio soltaba la frase que tanto gustaba: -Quiyo, dos veces bético porque soy diabético. Al oír el chascarrillo se reían con tal alborozo que sin esfuerzo se liaban a urdir sevillanas. Armados de almirez y palillos hilvanaban estrofas, zurcían con música y duende la madrugá deshilachada. Había querido ser atleta. De joven y canijo corrió con ahínco; pero para júbilo de los hispalenses abandonó aquellas prisas. Poco le costaba al cantaor ver a través de las gafas de culo de botella el mundo con alegría, repartir desparpajo. En una de las rectas finales y antes de que alguien cayera en la tentación dejó dicho: El día que yo me muera que no me llore Sevilla. Aunque como era de esperar, nadie le hizo caso.

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