El reflejo dorado deslumbraba el bermellón de la barba. Elevaron anclas, y al sentir el suave desliz del agua bajo el casco del barco, se estremeció. Recordó cómo su espada, manchada de sangre, atravesaba la seda perfumada de azahar y el desgarro de un quebrado quejido conquistó su corazón.
Claudia Ravello (Marta López)
No hay comentarios:
Publicar un comentario