martes, 17 de abril de 2018

La Luz

Venus del espejo


Soy Fatima “ la portuguesa”, el secreto mejor guardado y hasta ahora desconocido de D. Diego Velázquez. 

Unos familiares me llevaron a su casa al poco de casarse con Juana. Mi condición era sirvienta. Nuestro primer encuentro fue en el estudio de D. Diego, quedó dicho que yo sería la única que tendría acceso a aquel lugar sagrado, para limpiarlo. Nunca debería tocar ni las pinturas , ni los pinceles. 

Un día le dije provocativa :” sino puedo tocar los pinceles , usted tampoco me podrá tocar a mi”. Esto le encendió de tal manera que allí mismo me hizo suya. Tarde mucho en quitarme la pintura con aguarrás. 

Desde ese día Juana notó algo , no supo lo que era o sí, pero no dijo nada. Yo, la inculta portuguesa, sabía de sobra lo que había pasado: la luz y la inspiraciòn para Diego ya siempre sería yo.

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