miércoles, 18 de abril de 2018

¡Se acabaron los toros!

Panteón de Joselito, El Gallo, de Mariano Benlliure

Benlliure agarró las gafas por la montura y limpió de su frente un rastro de sudor con el dorso de la mano. Se sentía acalorado. Guardó las lentes en el bolsillo de la túnica para acariciar el frío metal bajo la callosidad de sus dedos y la grandiosidad de su obra terminada. De esta manera, honraba la muerte y trayectoria del célebre matador de toros: el niño prodigio del toreo, José Gómez Ortega, apodado “El Gallo”.

"Bailador", pequeño y burriciego, había sido el nombre del verdugo que cambió las tornas, embistiéndole una cornada en el vientre que le causó la muerte. Nuestra señora, La Esperanza Macarena, y Sevilla vistieron de luto aquella tarde y, Joselito, convertido en mármol y bronce por la gracia de Don Mariano, pasaba a la historia lleno de maestría dando un capotazo a la muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario