viernes, 8 de junio de 2018

Voces de campanas

Grabado antiguo de la Catedral de Sevilla

La Torre del Oro espejeaba en azahares cuando Miguel descendió de la barca. Tenía que llegar a tiempo. Transitó entre la multitud, un serpear que se movía como un único ser, bajo un sol descubierto, con el viento rizando aromas. 

En la Puerta de Jerez hubo de esquivar a dos muchachos de sutileza de manos y ligereza de pies. Las voces blancas de las campanas eran espinas que aceleraban sus pasos. 

De la Catedral salían los recién desposados: orgulloso el novio; ella, con su blancura de vela. Pero se encendió de asombro al cruzarse las miradas. Y el amor era un torrente que los arrastró en sus aguas. En el repentino abrazo un temblor de jazmines sacudió toda la plaza. 

Cerca del Guadalquivir eran metales las voces negras de las campanas.

Carmen Cano Soldevila

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